Aunque me llame mamá

Son las diez de la mañana y ella se siente feliz, está recordando sus paseos al río; que corre entre la maleza, se quita la ropa y se sumerge en el agua o que juega con sus hermanos y primos, y tengo que detenerla para que no se vaya. Las diez y media y está parada frente al refrigerador sin recordar lo que va a hacer. Le doy un vaso con leche y la llevo a la sala. Ya son las once y está asustada: «¿Dónde estoy? ¿Quién eres?», me pregunta. Medio día, «hay que hacer la comida, porque mi mamá va a llegar de trabajar», me levanta para que vayamos a la cocina. «Mamá, el que va a venir es mi papá», le recuerdo yo. «Sí, que torpe, es que me equivoqué», me responde para disimular y sigue caminando. Las dos de la tarde. Llega mi papá, la mira en la cocina y se acerca a ella dándole un beso: «mi amor, ¿qué hiciste de comer?». «Ahorita te preparo algo, mi amor, es que no se en qué se me fue la mañana». Y el resto de la tarde sigue soñando que corre entre las flores del campo rumbo al río… y después vuelve a preguntar: «¿Ya viene mi papá de trabajar…?, ¿dónde está mi mamá?, yo quiero a mi mamá, ¿por qué no viene?», y llora desconsolada, hasta que se queda dormida. Son las seis de la mañana, ella se levanta asustada, gritando y golpeando a mi papá: «¿Quién es usted? ¿Qué hace aquí?». Mi papá se levanta descorazonado y se aleja para que yo la tranquilice; luego se alista para ir a trabajar. Mi mamá lo despide en la puerta con un beso, como si nada hubiera pasado, y le da una bolsa vacía, creyendo que es su almuerzo. Mi papá le da un beso y se va a trabajar con una lágrima escondida. Las diez de la mañana y mi mamá sueña que está en casa de los abuelos esperando la hora para ir al río… yo he cerrado con llave todas las puertas para que no salga corriendo, y me siento a platicar con ella. Ya me sé de memoria cada una de sus anécdotas y aunque a veces me fastidia, cuando me pregunta: «mamá, ¿hoy vamos a hacer panecillos especiales para mi papá?», recuerdo todo el amor que me ha dado y sé que ella es mi madre, aunque me llame mamá. 9 de mayo del 22