EL BRILLO DE LAS ESTRELLAS

La luz de la madrugada

Anuncia tristezas pasadas,

Angustias desesperadas,

Abismos donde caer.

Muere lenta mi mirada,

Se pierde en esta balada,

Donde los gritos son sordos

Y no me dejan dormir,

Sabiendo en los trasfondos

Que esos gritos son el morbo

De los seres con desaires

Que solo quieren mi sangre,

Para luego partir.

Allí donde se esconden

Los solitarios anuncios,

Solo somos un tumulto

De sombras en la pared.

Muere mi alma desnuda,

Sedienta por la locura,

Hecha añicos por la turba

Que no conoce mi ser.

Que siente que soy de ellos,

Que no saben de mi lecho,

Que se creen con derecho

Por creerme poseer.

Jugando a las estrellas,

Sin saber nada de ellas,

Acechando con locura,

Destrozándome la piel.

Contándose que es amor,

Y que todo lo dejarían,

Por un momento en mi vida,

Por tenerme solo un día,

Por dormirse en mi cama,

Por sentirse en mi piel.

Cuando las luces se apaguen

Y regresen a sus vidas

Solo con las despedidas

Y sus almas complacidas,

Nada sabrán de mi vida,

Y se creerán con derecho

De sentirse que son ellos

Los dueños de todo mi ser.

Van y vienen criticando

Sin saber ni quiénes son,

Rompen, tocan, descontrolan,

Sin que nada les importe,

Sus vidas siguen al borde

Del abismo escogido,

Creyendo que están conmigo,

Separándome en pedazos,

Como si fuesen verdugos

Con derechos sobre un mundo

Al que creen conocer.

Sin quererme, sin cuidarme,

Son todos unos cobardes

Que solo quieren creer,

Que mi alma solitaria

Les puede pertenecer.