¿Qué pasa?

La sensación de fríos recurrentes, nervios, temblores, los pies que se mueven para todos lados, la lapicera que tintinea de lado a lado entre los dedos, el apunte que se llena rápidamente porque crees que si escribís, todo desaparece.

La forma en que te convertís en chivo sin querer y sin saberlo... Es algo que irradia odio, desolación, desesperación, ganas de salir corriendo... Pero ese odio ¿a quién es? A nosotros mismos, por no poder estar ahí, tranquilos, por querer desaparecer y dejar todo atrás como lo hicimos una y otra vez, pero sabemos que esta vez, NO SE PUEDE. Tenés que poder estar ahí, mereces estar ahí... ¿Entonces?

Respiras profundo, simulas que todo marcha normal y todo fluye totalmente como si nada pasara... Y es que nada pasa, ¿No? Pero a vos sí te pasa, y nadie lo sabe, y el que lo sabe no lo entiende... Yo te entiendo. No te preocupes, que en algún momento de nuestras vidas, pasamos por ese momento incómodo en el que parece que quisiéramos que nos trague la tierra.

Yo te entiendo... Yo te escucho...yo te leo... No te preocupes... ¡Canaliza y seguí adelante que vos podes!