Fuiste y sos mi compañera de vida
- Silvina Cancellieri Guido Spano

- 18 sept 2021
- 2 Min. de lectura
Llegaste a nuestra vida sin que tuviéramos la mínima intención de tener una nueva mascota en casa, inclusive con algunas contradicciones de si era necesario. Un amigo nos contó tu historia, alguien que alguna vez compro un perro de raza, e increíblemente le puso un nombre que te queda hermoso, RAMONA.
Pero evidentemente solo quería un perro como si fuese algo descartable, como una remera que se usa y se tira o se regala.
Esa fue tu primera experiencia, con las personas, cuando ellos lo decidían te dejaban en un pensionado, cual abrigo uno guarda durante el verano.
Un día cualquiera por alguna razón desconocida decidieron nunca más pasar por vos, obviamente las personas que te cuidaban en la pensión, se comunicaron con tu ex dueño y preguntaron qué pasaba, y solo dijo: “no la quiero más, hace con ella lo que quieras”, Ellos decidieron seguir cuidándote solo porque aman a los perros, Así fueron pasaron los meses y esa persona en la que confiaste, a la que esperabas que regrese todos los días feliz de verla nuevamente , porque los perros aman aunque sean maltratados y rechazados.
Esa persona nunca más regresó, nunca más llamo por teléfono para saber que era de tu vida, nunca más le importo los 3, 4 o 5 años, que compartiste, porque aún no sabemos cuántos años estuviste ahí.
Una personita que veía como día a día tu alegría se apagaba pensó en quién podría ser tu familia y decidido ver si ahí te querían recibir, sabía que en esa casa no serías una mascota, en esa casa serías un integrante más de la familia.
Y así fue como llegaste hasta nuestra vida.
Los primeros meses la desconfianza, la tristeza, el abandono que sentías , hacía que nada te importe, no te alegrabas si volvíamos a casa, no tenías brillo en los ojos, solo comías, dormías y dabas vuelas de vez en cuando por el jardín, no buscabas mimos, no dabas besos , nada de vos expresaba sentimientos. Pasaron muchos meses para que te des cuenta que te amábamos, que nunca te íbamos a abandonar, un día cualquiera llegamos a casa e increíblemente estabas esperando, y viniste a recibirnos, y a partir de ahí todo comenzó a cambiar, te diste cuenta que ese si era tu lugar, que llegase para quedarte.
Ahora casi diría que te comportas como un integrante de 4 patas feliz, tardaste casi dos años en empezar a jugar, no sabías jugar.
Estamos tan felices que formes parte de nuestra familia, nos gusta tanto que hayas perdido la tristeza y sepas que nunca, nunca, vas a volver a ser abandonada.
Espero que compartas con nosotros muchos años más y que seas un perro felizzzz, porque aunque nuestra ropa siempre tenga pelos, aunque nuestra casa nunca más estuvo impecable, el amor que nos das hace que nada de eso sea importante.
Ramoncha, como nosotros te llamamos te amamos!
Gracias, Maxi, Ronny, por elegirnos y confiar que en nuestra familia Ramona iba a ser feliz.









Comentarios